En esta Instrucción Pastoral aprobada por la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, los obispos quieren compartir su preocupación ante el sufrimiento generado por la grave crisis económica, social y moral. Está estructurada en cuatro partes:
En la primera parte, dedicada a describir la situación social, se fijan en los nuevos pobres y las nuevas pobrezas; jóvenes, niños, ancianos, mujeres e inmigrantes. Además señala la corrupción, cuyo origen es la codicia financiera y la avaricia personal.
En la segunda parte, señalan cuatro factores que explican la situación social actual: La negación de la primacía del ser humano, el dominio de lo inmediato y lo técnico, el modelo social centrado en la economía, y cierta idolatría de los mercados.
La tercera parte es una explicación de los principios de la doctrina social de la Iglesia que iluminan la realidad y pueden ayudar a la solución de los graves problemas.
La cuarta parte, ofrece ocho propuestas esperanzadoras desde la fe para vivir el compromiso caritativo, social y político.
- Promover una actitud de renovación y conversión
- Cultivar una espiritualidad que impulse al compromiso social.
- Apoyarse en la fuerza transformadora de la evangelización
- Profundizar en la dimensión evangelizadora de la caridad y de la acción social, desde el testimonio personal y sin olvidar el anuncio explícito de Jesús.
- Promover el desarrollo integral de la persona y afrontar las raíces de las pobrezas.
- Defender la vida y la familia como bienes sociales fundamentales.
- Afrontar el reto de una economía inclusiva y de comunión.
- Fortalecer la animación comunitaria como sujeto eclesial de la caridad.
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